“Su estructura interna y su funcionamiento (de los partidos) deberán ser democráticos” (artículo 6 de la Constitución Española), pero a los partidos no les ha interesado precisar (mediante ley) ese mandato constitucional: el de ser democráticos. Quizá por eso los grandes partidos españoles -precisamente en su estructura y funcionamiento- no lo son. Es más, puede afirmarse que los aparatchiks, los dueños de los aparatos de esos partidos odian los procedimientos democráticos tanto como aman perpetuarse en el machito. Pero esa actitud obsecuente con el mando y castradora no hubiera prevalecido de no contar con un apoyo inesperado: el de la prensa española. Veamos cómo. Explicar el adjetivo “democrático” puede dar para escribir varios sesudos tratados, pero cualquier hijo de vecino entiende que un funcionamiento partidario en el que se han suprimido el […]
Archivos diarios: 8 mayo, 2008
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