La semana pasada, el analista Arcadi Espada publicó unas reflexiones en torno a los resultados electorales del 22 de mayo. Análisis que, a mi juicio, puede ser muy útil para los socialistas. Por eso me he decidido a redactar un resumen a fin de hacérselo llegar a los visitantes de este blog. Helo aquí:
Donde mejor se ve lo que le ha ocurrido al PSOE en las elecciones del 22-M es en las ciudades de Andalucía. Allí hay 29 asentamientos de más de 50.000 habitantes. De esas 29 ciudades, los socialistas sólo han ganado en cuatro: Dos Hermanas, Alcalá de Guadaira, Utrera y Sanlúcar de Barrameda. Un andaluz explicaba con cierta gracia amarga este desastre utilizando para ello a Mao Tse-Tung: “Los del PSOE han emprendido la ruta de la ciudad al campo». En efecto, los seis millones de votos socialistas del 22 de mayo están reñidos con la ciudad, pero, precisamente, es en la ciudad donde se plantean con mayor impacto y urgencia los grandes problemas políticos de nuestro tiempo. Ante la ciudad y sus problemas -y no en la retórica- es donde hay que demostrar ser progresista.
Echemos, también, una ojeada a Cataluña y, concretamente, comparemos los candidatos socialistas de Badalona y Lérida. El primero ha perdido claramente las elecciones. El segundo las ha ganado con brillantez. Son resultados fáciles de relacionar con la inmigración.
En efecto, el discurso socialista de Badalona fue, resumiendo, que “unos incendiarios a sueldo del PP son los únicos responsables de los problemas de convivencia entre los autóctonos y los inmigrantes”. El resultado ha sido que el “incendiario” del PP ha ganado las elecciones.
Todos los leridanos conocen la firmeza democrática con la que el alcalde socialista de Lérida ha actuado respecto del velo y otros abusos islámicos. Eso sí, apartándose del pensamiento relativista tan propio del buenismo zapateril… y ahí está el resultado electoral.
Este ejemplo de la inmigración bien podría ampliarse a otros tics “progres” –que no progresistas- respecto a la educación, la discriminación positiva (incluida la “paridad”), la seguridad o el medio ambiente… y, ya se sabe, quien no aprende de sus errores está destinado a repetirlos.