Cariño, esto no es lo que parece

Cerrándose en banda y defendiendo su honradez personal -que nadie había puesto en duda-, el Presidente del Gobierno emitió el sábado pasado un mensaje contundente, pero fue incapaz de construir un relato creíble que sirviera para oponer al muy verosímil y demoledor que los papeles de Bárcenas han colocado con éxito entre la opinión pública.

El relato que se deduce de la “agenda negra” de Bárcenas es el que sigue:

Un tesorero del PP lleva a la vez la contabilidad oficial, limpia como una patena, y la “oculta”, que es la que ahora ha salido a la luz y en la cual se retratan unas prácticas sucias (ilegales unas, rechazables otras). En efecto, el Partido recibía grandes cantidades de dinero de empresas que, probablemente, pagaban así los “beneficios” obtenidos como consecuencia de decisiones políticas institucionales (concesiones, concursos, recalificaciones, etc., etc.). Con esa masa de dinero negro el tesorero hacía dos montones: el primero servía para gastos impresentables o ilegales del Partido, desde sobresueldos a gastos electorales no contabilizables por excesivos. Y el otro montoncito, haciendo bueno el refrán según el cual “quien parte y bien reparte se queda la mejor parte”, se lo embolsaba él mismo, amasando una fortuna cuya prueba son los 22 millones que han aparecido en Suiza a su nombre… y mientras tanto, Bárcenas, en lugar de estar ya tras las rejas, se ha ido a un hotel de lujo en Carcassonne para brindar allí con unos amigotes.

Frente a esta historia verosímil y coherente, el PP sólo ha sabido oponer la negación de la mayor: “Todo es mentira”, han dicho… y puesto que la letra de los apuntes en la “agenda negra” es precisamente la del ex–tesorero, de ser cierto lo que dice el PP ahora, Bárcenas habría escrito todas esas patrañas a posteriori… Como eso se puede comprobar, y alguien lo hará, el humo del PP no durará mucho.

Como el cónyuge pillado in fraganti, el PP sólo ha sabido decir: “Cariño, esto no es lo que parece”. Pero si no la certeza, la sombra de la sospecha seguirá, espesa, rodeando la sede del PP.

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