Economía y astrología

El economista John Kenneth Galbraith, inteligente él, nos dejó escrito lo siguiente: “Los economistas profesionales cuando hacen predicciones lo único que consiguen es prestigiar a las echadoras de cartas”.
En la misma dirección, nuestro amigo el profesor Paco Sosa nos ha regalado la siguiente reflexión, llena de buen lirismo:
»Profetas del tiempo pasado, pese a sus saberes matemáticos, estadísticos y econométricos, los economistas fueron incapaces para prevenimos acerca de ni una sola de las amargas resultas de tanta alquimia bursátil y bancaria como se ha cocinado en los últimos años. Manejaban números como cuerpos helados, como vegetales mustios, como escamas de unos peces muertos. Mucho nos decían pero nada nos predecían.
»Si esto es así, ¿por qué no volver al astrólogo? Que nos digan de qué signo zodiacal es el presidente de este o de aquel Gobierno, el ministro inglés o el portugués, la carta astral de la canciller alemana, la eclíptica que puede influir en esta o en aquella decisión…
»¿No es esto más entretenido que un desbarajuste como el actual que, encima, está presidido por la ciencia? Quiero tener mis ilusiones y mis afanes mecidos por los cometas, por los meteoros, no por un modelo econométrico ni una serie estadística, deshuesados y falsos como un astro apagado.

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