FONDOS DE PENSIONES

 

Los sistemas de pensiones intentaban alcanzar un noble objetivo: que la jubilación o la muerte (pensiones de viudedad) no significaran el desamparo de quien se jubilaba o enviudaba. Al contrario, la pensión habría de servir para mantener el estatus de vida anterior a la jubilación o aEl Economista la viudedad.
Hace ya muchos años y a causa, entre otras, del envejecimiento poblacional, el sistema de reparto (se cobra a los ocupados y con ese dinero se pagan las pensiones) no da para alcanzar ese objetivo y hoy, por ejemplo, la pensión máxima de jubilación no llega a los 2.000 euros mensuales. Lo cual significa que a quienes la reciben los ingresos les caen por debajo de la mitad del nivel que tenían antes de jubilarse… Por eso los bancos y el Gobierno (con su propaganda y sus incentivos fiscales) vendieron –especialmente a los asalariados de nivel alto y medio- los fondos de pensiones como la gran panacea, “el báculo de nuestra vejez”.  Éste ha sido uno de los engaños mejor urdidos de los que uno tiene memoria.
Prueba 1.- Si te jubilas y te dispones a cobrar el complemento de tu pensión privada por cuenta de los Fondos ésos, te dirán –y por tu bien- que mejor renuncias a tu mensualidad, sacas el fondo acumulado, devuelves a Hacienda lo que te perdonó y te lo gastas o lo inviertes, porque si escoges la mensualidad perderás dinero.
Prueba 2.- Si uno suscribe, por ejemplo, un seguro de vida… lo puede rescatar y así recobrar el dinero invertido, pero los Fondos de pensiones no se pueden rescatar. Para cobrarlos es preciso demostrar que te has jubilado. ¿Por qué? A los suscriptores de los fondos no les interesa esa cláusula y a la Seguridad Social tampoco, los únicos interesados en esta impresentable norma son los bancos. Ellos son los únicos beneficiarios de este ahorro incentivado fiscalmente.

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