Los economistas nunca han tenido buena fama. Basta con recordar la frase de un economista prestigioso, Galbraith, dedicada a la capacidad predictiva de sus pares: “Las predicciones de los economistas sólo sirven para prestigiar a las echadoras de cartas”.
Con la actual crisis, un diluvio ha caído sobre un terreno ya empapado. En efecto, hasta la Reina de Inglaterra le llegó a preguntar a Tim Besley, un reconocido economista de la London School: “¿Cómo es posible que ningún economista se diera cuenta de que se aproximaba un colapso del crédito?”, eso le dijo. Pero antes, el Financial Times ya había titulado “Lea las instrucciones con cuidado antes de usar un economista” y The Economist había publicado un artículo intentando explicar el interrogante de su título “¿Cómo se torció la ciencia económica?”. En EE.UU y en todo Occidente la película “The inside job” presentó ante el público a un panel de notables economistas desorientados y balbuceantes como zombis.
José García Montalvo nos ha contado hace unos días una serie de notables despropósitos económicos, incluido aquel que consistió en dar el último Premio Nobel a dos economistas con teorías antagónicas sobre el funcionamiento de los mercados financieros.
Y uno se pregunta: ¿la Economía es una ciencia?
Si llamamos ciencias a las disciplinas que usan el método científico, es decir, el ensayo en el laboratorio, la prueba y el error, entonces la Economía no es una ciencia, lo cual queda meridianamente claro si contemplamos las, a menudo, risibles predicciones de los economistas. En otras palabras, si la capacidad predictiva de la Física fuera la misma que la del FMI, nunca se hubiera inventado el motor de explosión.
¿Y para qué sirven, entonces, los servicios de estudios? Ellos no buscan acertar, sino influir. Así se entiende por qué hay tantos servicios de estudios. En España el más influyente, al parecer, es el del Banco de España. ¿Y qué dice ese preclaro Servicio de Estudios? Siempre dice lo mismo: “hay que bajar los salarios”.
4 ideas sobre “La bola de cristal”
Totalmente de acuerdo. La economía será,como mucho, un arte o un oficio. Y, desde luego, los trabajadores por cuenta ajena buscan el beneficio de su empleador. Así que su observación sobre los servicios de estudios me parece brillante, una vez leida parece obvia. Y explica muchas cosas.
Recomiendo leer:http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/35004/Huevos_cascados_sin_tortilla
Creo que tiene algo que ver.
«Cosas veredes que te asustaredes».
Estimado Sr. Leguina en estas seguimos ya que la influencia de los economistas y sus círculos de opinión siguen cauterizando las neuronas de la clase política de de sus enchufados (que son los que al parecer les aportan las ideas) y en general de todos aquellos dados a legislar, reglamentar y otros usos para así masacrar a las clases medias que son las que soportan este tinglado. Digo todo esto un día después de que el BBVA haya resultado ganador de la subasta de CaixaBank (gracias sr. Serra por su inteligencia) con el bonito marcador de LOS ESPAÑOLES -12.600 M€ – BBVA – 1.110 M€.
Total 11.500 M € tirados ¿a donde Sr. Serra y su «brillante» (concepto norcoreano) consejo de administración?
Habra alguien con dos dedos de frente que ponga al fin un tapón a esto y que lleve entre rejas a sus responsables? o seguiran haciendo caso a economistas e «ilustrados» del pesebre.
QDNPC
La cuestión es que los que más tienen quieren aumentar sus capitales y entonces no desean saber a ciencia cierta que va a pasar si no más bien desviar la atención para hacer la jugada más jugosa posible para sus intereses y ambiciones.
¡Xoder que radical con los economistas y su supuesta pertenencia al mundo de los científicos! A saber dónde situará a los de «Ciencias» Políticas.
saludos
Venancio