LA TREGUA

p5020193.JPGp3200098.JPGp8080040.JPGLlega agosto y con él la tregua política que el Gobierno debiera aprovechar –si quiere- para reflexionar sobre una situación que ha dejado de serle propicia. En efecto, el último barómetro del CIS arroja unos resultados poco halagüeños, con un PP cercado por los juzgados y por la prensa “progre”, pero con una intención de voto superior ya a la del PSOE. Un Gobierno en el cual –según la opinión de los encuestados- suspenden todos los ministros, con el Presidente a la cabeza. Un Gobierno que ha contemplado, al estilo de Don Tancredo, cómo la concertación social fracasaba. Un Gobierno que -sólo en el primer semestre del año- ha visto caer los ingresos del Estado, vía impuestos, en casi un 20 por 100 respecto al año anterior, acumulando un déficit en sólo doce meses (desde junio de 2008) de casi 70.000 millones de euros… Son –todos ellos- asuntos que deberían ser objeto de reflexión y de enmienda, pero no son éstas palabras que agraden al Presidente del Gobierno, siempre rodeado de aduladores y de ocurrentes “asesores de imagen”. Se sabe que la autocrítica no es lo suyo, ni en privado ni en público. En lugar de diseñar, en serio, un cambio de rumbo, probablemente, el PSOE y el Gobierno se agarrarán a un triste consuelo (el de “mal de muchos, epidemia”) que ya se apuntó tras la derrota en las europeas: “La bajada electoral tiene como única causa la crisis”, eso dijeron. Ergo, basta con esperar a que la crisis se diluya para que “vuelva a sonreír la primavera”. Pero esta explicación no explica casi nada. Por ejemplo, por qué la crisis no afecta electoralmente a otros gobiernos, como al de Merkel o Sarkozy o, incluso, al del pintoresco Berlusconi. ¿No será, más bien, que en una situación que amenaza ya muy seriamente con la quiebra del Estado, la confianza en las ocurrencias gubernamentales ha sido barrida por el viento? Mientras … este blog también se va de vacaciones, deseando a sus visitantes un feliz y fresco mes de agosto.

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