Neutralidad activa

Inmediatamente después de que el 1 de septiembre de 1939 Alemania invadiera Polonia, Franco quiso tirar la piedra y esconder la mano fingiendo neutralidad y dándole largas a Hitler –a quien tanto debía-, argumentando que una España destrozada y un Ejército agotado poco podrían aportar a la “inminente victoria” del III Reich. Cuando el 22 de junio de 1941 Hitler lanzó la Operación Barbarroja y embistió contra la Rusia de Stalin (que había sido su aliado hasta la víspera) llegó la hora de que Franco mostrara a los alemanes su neutralidad activa y envió a las heladas estepas rusas (“para combatir el comunismo”) una División que motejó de Azul. No se sabe si por el color “azul, neto y proletario” de las camisas falangistas o por el color azul que toma la piel cuando sopla el viento a 30 grados bajo cero.
Cuando José Antonio Griñán anunció –de cara al congreso del PSOE- que él mantendría una “neutralidad activa”, no pude sino recordar aquella de Franco.
¿Por qué se ha empeñado Griñán en quedar como un cochero, animando primero a Rubalcaba, después declarándose neutral y más tarde apoyando a Chacón, perdiendo con ella el congreso? ¿Lo hizo convencido de que Chacón era “lo nuevo”, el revulsivo, la gran esperanza blanca del PSOE? No me lo puedo creer, porque Griñán últimamente parece obnubilado, pero no es tan necio como para creerse las milongas de “los tiempos nuevos” que ha predicado ad nausea la ex ministra. Sólo cabe, pues, una respuesta reactiva, de ésas que abundan en el seno del PSOE y que tantas “tardes de gloria” han dado y darán. Griñán ha movido los hilos a favor de Chacón simplemente porque sus enemigos internos apoyaban a Rubalcaba. Como se ve, una razón de peso, esta de pegarle una patada a Chaves y a Zarrías en el trasero de Rubalcaba. Una operación que le ha salido tal mal como al otro lo de la División Azul. En fin, que –como ya se ha dicho- el PSOE andaluz sigue haciéndose el “Ere-kiri”.

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