PINTURA

Primo Levi, el químico y escritor (“Si esto es un hombre”, “El sistema periódico”, “La Tregua”…) superviviente de Auschwitz que trabajó buena parte de su vida al frente de una fábrica de pinturas fue visitado en su casa de Turín por el novelista norteamericano Philip Roth. He aquí parte de la conversación que sostuvieron:
-Que yo sepa – comentó Roth- sólo dos escritores importantes fueron gerentes de fábricas de pinturas: tú en Turín y Sherwood Anderson en Ohio.
-No conocía a Sherwood Anderson hasta que tú lo has mencionado – replicó Levi-, pero sí puedo añadir un tercer nombre a tu lista de escritores fabricantes de pintura: Italo Svevo, judío converso de Trieste, el autor de La conciencia de Zeno, que vivió entre 1861 y 1928. Durante mucho tiempo, Svevo fue director comercial de una compañía de pintura de Trieste, la Società Venziani, que pertenecía a su suegro y que se disolvió hace unos años. Trieste perteneció a Austria hasta 1918, y esa compañía era famosa por suministrar  a la marina austriaca una excelente pintura anticorrosiva, para las quillas de sus buques. A partir de 1918 Trieste pasó a Italia, y la pintura empezó a suministrarse a las marinas británica e italiana. Para poder relacionarse con el Almirantazgo, Svevo acudió a que le diera clase James Joyce, cuando éste enseñaba inglés en Trieste. Se hicieron amigos y Joyce ayudó a Svevo a encontrar editor para su obra. El nombre de marca de la pintura anticorrosivo era Moravia. Que este nombre coincida con el seudónimo del otro novelista no es fortuito: tanto el empresario de Trieste como el escritor romano lo tomaron del apellido de un pariente común, por parte de madre.

Deja un comentario